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Gaudí y Barcelona

“No hay razón para no probar algo nuevo solo porque nadie lo haya intentado antes.” Antoni Gaudí


BARCELONA MODERNISTA

Tras la revolución industrial y sus avances tecnológicos, Barcelona experimenta un importante desarrollo económico y urbanístico. A finales del XIX, es una ciudad renovada y adinerada, donde un grupo de  jóvenes arquitectos encuentran el marco idóneo para desarrollar nuevas formas de expresión rompedoras, personales y creativas: Un legado de más de 100 construcciones modernistas, entre las que destacan las de Antoni Gaudí (Reus 1852 – Barcelona 1926), arquitecto innovador y estandarte del Modernismo catalán. 


ANTONI GAUDÍ, VIDA Y OBRA

Nacido en el seno de una familia de artesanos (caldereros), su infancia transcurre en Riudoms (una pequeña población de la provincia de Tarragona) hasta que se traslada a Barcelona a estudiar arquitectura. Colabora con varios arquitectos de la época, para financiarse los estudios y pronto desarrolla sus primeros proyectos en solitario, como las farolas de la Plaza Real.

“No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.” Elies Rogent, Director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona (1878)


CASA VICENS 

La familia Vicens -propietaria de una fábrica de cerámica- encarga la reforma de su segunda residencia en el Barrio de Gracia a un Gaudí recién licenciado. Es el primer edificio del arquitecto en Barcelona (1878), quien ya deja ver su libertad creativa y su personal aportación a la renovación estética. De estilo orientalista, la Casa Vicens es considerada un anticipo del Modernismo catalán y está abierta al público desde 2017. 


PALAU GÜELL

En 1886 Gaudí recibe el primer gran encargo de su carrera. El Conde Güell -empresario, miembro de una influyente familia barcelonesa, convertido en admirador, amigo y mecenas de Gaudí- le encomienda la construcción de su nueva vivienda familiar cerca de La Rambla. Gaudí proyecta un palacio novedoso en todos los sentidos (espacio, luz, volumen, ornamentación y simbolismo que desarrollará en sus siguientes obras). 


PARK GÜELL

De nuevo Güell confía en Gaudí para proyectar una urbanización en unos terrenos a las afueras de Barcelona (1900). Debía contar con unas 60 viviendas en un inmenso jardín con vistas panorámicas. El proyecto fracasa debido a su ubicación lejos del Eixample (distrito de moda entre la burguesía). Pese a ello, el Park Güell adquiere una rápida popularidad entre visitantes y barceloneses para la celebración de actos sociales y eventos. Tras el fallecimiento del Conde Güell (1918) sus herederos lo venden al Ayuntamiento que lo convierte en parque público. El Park Güell refleja la etapa naturalista de Gaudí: Arquitectura y naturaleza se integran en más de 17 hectáreas, con formas onduladas, coloridas y simbólicas.

“Todo sale del gran libro de la naturaleza”. Antoni Gaudí

A principios del XX, Gaudí goza de reconocimiento entre la burguesía barcelonesa. Sus sucesivos encargos son inmuebles de pisos para familias Calvet, Batlló o Milà.


CASA BATLLÓ

El empresario textil Josep Batlló adquiere un sobrio edificio en el Passeig de Gràcia y encarga su reforma (1904) al arquitecto del momento. Gaudí crea una casa familiar de 8 plantas, alegre y colorista, de formas onduladas y tonos azules, y con una espectacular fachada y balcones. Impresionado por el trabajo de Gaudí, Batlló lo recomienda a un amigo, para el que Gaudí acabaría construyendo la Casa Milà (1906). 


CASA MILÀ “LA PEDRERA”

Pertenecientes a familias acomodadas, los Milà deseaban plasmar su posición mediante la construcción de un edificio de viviendas, innovador, lujoso y de grandes dimensiones, en el solar adquirido en la calle de moda (Passeig de Gràcia). De nuevo, un Gaudí se inspira en la naturaleza para diseñar hasta el mínimo detalle este singular edificio imposible de resumir. Problemas administrativos con el Ayuntamiento y divergencias con los Milà retrasan la obra, lo que no impide al arquitecto plasmar su madurez artística.


SAGRADA FAMILIA

Pese a todo, la obra más compleja de su carrera y en la que invierte 43 años de trabajo (en especial al final de su carrera) es la Sagrada Familia. En 1883 Gaudí es nombrado arquitecto del templo expiatorio de la Sagrada Familia. Gaudí asume y replantea el proyecto iniciado por otro arquitecto, convirtiéndolo en una obra mucho más ambiciosa. El arquitecto de profundas creencias religiosas pretende crear el templo perfecto. 

“Vendrá gente de todo el mundo para ver lo que estamos haciendo.” Antoni Gaudí

La Sagrada Familia es revolucionaria en muchos sentidos, como su estructura, su altura,  los recursos constructivos empleados y su simbolismo. Representa la plenitud artística del arquitecto, la culminación de su estilo naturalista y la síntesis de todas sus obras anteriores.

El templo expiatorio de la Sagrada Familia es un símbolo de identidad de Barcelona y el máximo exponente de la arquitectura modernista, reconocido mundialmente. Basada en los planos originales de Gaudí, su finalización está prevista para el 2026 coincidiendo con el centenario de la muerte del arquitecto.  

En 1926, Gaudí muere atropellado por un tranvía en Barcelona. Inicialmente los transeúntes lo confunden con un vagabundo (a los 73 años de edad, el arquitecto lleva una vida austera entregado a la religión y a su trabajo), pese a que días más tarde la ciudad le rinde homenaje en un entierro multitudinario. Su cripta se encuentra en la Sagrada Familia, el templo al que dedicó su vida. 

Pionero de las vanguardias artísticas del XX, este genio es una de las figuras más estudiadas y admiradas de la arquitectura de todos los tiempos. Siete de las obras de Gaudí han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En pleno siglo XXI, Barcelona no puede entenderse sin el legado de su arquitecto más universal.